La voz silenciada. Ignorando a los Implicados

En el mundo del periodismo, la premisa fundamental es informar de manera veraz, equilibrada y responsable de lo que ocurre. Sin embargo, en un panorama mediático saturado de noticias y presionado por la inmediatez, por los intereses de ciertos agentes sociales y -porque no- por el afán de protagonismo, se ha vuelto cada vez más común que algunos reportajes se publiquen sin contar con la opinión de todos o, mejor dicho, de contar con la opinión de los verdaderos implicados. Así mismo, en el caso que ocupa a nuestro pueblo, también hay que añadir la constante falta en contrastar la información que se publica, muchas veces, por voz de otros.

Esta práctica, que puede parecer un atajo para cumplir con los plazos, acarrea serias consecuencias para la calidad informativa y la confianza del público en los medios de comunicación.

El caso del Parque Fotovoltaico de Caramonte en nuestro pueblo

Un ejemplo reciente y preocupante de esta problemática se encuentra en los recientes reportajes divulgados por varios medios de comunicación sobre la instalación del parque de placas fotovoltaicas en el parque de Caramonte (relativo al término de Esteras de Medinaceli, tal y como se puede comprobar en el catastro). En estos artículos, gran parte de la cobertura mediática (por no decir toda) se ha centrado en recoger las opiniones, unicamente, del pueblo de Benamira (que es cierto que uno de los pueblos mas cercanos al citado parque), mientras que las voces del pueblo de Esteras de Medinaceli, donde realmente se va a llevar a cabo la instalación y donde residen la mayoría de los propietarios de las fincas afectadas, han sido completamente ignoradas (mejor dicho, no han sido ni preguntadas).

Este enfoque parcial no solo ha generado una narrativa o un discurso político incompleto, sino que también ha privado a los habitantes de Esteras de Medinaceli de tener la oportunidad de expresar sus preocupaciones y puntos de vista sobre un proyecto que impactará directamente en su comunidad. La falta de consulta, por parte de los medios de comunicación y de los periodistas, a los propietarios de las tierras afectadas plantea grandes dudas sobre la equidad y la profundidad del trabajo periodístico que se ha realizado a este respecto.

Las consecuencias de ignorar a los verdaderos implicados

La exclusión de los verdaderos implicados tiene varias connotaciones negativas. En primer lugar, compromete la objetividad, una noticia que omite perspectivas está inevitablemente sesgada, lo que puede distorsionar la percepción del público sobre el acontecimiento. Además, la falta de contraste de fuentes pone en duda la veracidad del contenido y puede derivar en desinformación.

En el caso de las Placas Solares, se corre el riesgo de perpetuar una visión desequilibrada del proyecto, ignorando las posibles preocupaciones económicas y sociales de quienes serán directamente afectados. Esto también genera tensiones entre comunidades vecinas al priorizar las opiniones de una parte sobre la otra.

Por desgracia esta no es la primera vez que ocurre esta situación. No hay mas que revisar la hemeroteca y ver como se han publicado noticias como que, por ejemplo, el nacimiento del rio Jalón discurre en Benamira o, la última, que la sierra Ministra pasa por Benamira. La triste realidad es que los periodistas solo se basan en su versión, la única que parece verdadera, y donde incluso se meten falacias, afirmaciones sin contrastar o incluso ataques indirectos de unas personas hacia otras que por desgracia ya no pueden defenderse (desde Esteras de Medinaceli seguimos esperando a que se retracten de ciertas acusaciones o afirmaciones que se han publicado en artículos de prensa anteriores).

El sensacionalismo y la prisa: Enemigos de la Verdad

Una de las razones principales de esta práctica es el afán de los medios (alimentados por ciertas personas con intereses personales) por competir en un entorno donde la velocidad parece primar sobre la calidad. Titulares basados en una sola fuente o en información parcial, pueden captar más clics, pero también erosionan la credibilidad del medio a un largo plazo.

Es evidente que, en el caso del parque fotovoltaico, existe una falta de una investigación más profunda y de una consulta amplia por parte de los medios de comunicación. Lo único que se ha demostrado es una falta cobertura, ya que no se refleja ambos puntos de vista, generando una visión subjetiva. 

En Conclusión 

A los periodistas que han ignorado constante y reiteradamente las voces de Esteras de Medinaceli, les corresponde una profunda reflexión sobre su responsabilidad profesional para con sus lectores. No escuchar a quienes serán directamente afectados por un proyecto de tal magnitud no es solo un error ético, sino también una traición al deber fundamental de informar con veracidad.

Al pueblo de Benamira, que ha centrado el debate en su posición (una posición totalmente válida y que no toca discutir), se le invita a ejercer una mayor empatía y a que, cuando se planteen ir a los medios de comunicación, se cuente con TODAS LAS VOCES, no solo aquellas que interesan.

Las informaciones sobre el parque fotovoltaico deben ser representadas desde ambos puntos de vista, tanto por aquellos que les afecta directamente (los/as propietarios/as de las fincas afectadas y los/as vecinos/as que residen de forma habitual o permanente en las pedanías afectadas), como indirectamente (aquellos que exponen que puede dañar el entorno o el futuro del municipio). Ignorar esta realidad solo va a seguir perpetuando el desequilibrio y generando ataques – conflictos innecesarios.

Por último, también es importante destacar y agradecer la labor del Alcalde de Medinaceli (quien al final es el verdadero representante político de las pedanías afectadas), donde debe mantener una posición de imparcialidad y de diálogo en medio de una división de opiniones entre los vecinos afectados.

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